¿Año Neutro o Niña?, ¿llegan lluvias para el trigo?, ¿peligra la siembra de verano? Son algunas de las tantas preguntas que hacen ruido en el campo. Con el arranque de una primavera seca y calurosa es difícil imaginarse sostener buenos rindes en el trigo y planificar fechas de siembra para el maíz. Aquí, un pantallazo de las últimas predicciones climáticas.
El pronóstico climático para el agro argentino durante el último trimestre de 2024 (septiembre, octubre, noviembre) anticipa condiciones secas y cálidas. La Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) prevén lluvias por debajo de lo normal en la mayor parte del país, afectando particularmente el centro, norte, Cuyo, y provincias como Santa Fe y Entre Ríos.
Esta falta de precipitaciones podría agravar la situación de los cultivos, especialmente el trigo, que ya enfrenta un déficit hídrico crítico en áreas como Córdoba, Chaco y Santiago del Estero, donde más del 30% del trigo se encuentra en estado regular o malo.
Pensando en la campaña de verano, esta situación de escasez de agua también empezaría a preocupar sobre la siembra del maíz, que ya arrancó semanas atrás y se encuentra superando el 7% de avance nacional.
Los pronósticos climáticos indican un trimestre primaveral seco.
A la espera de prontas lluvias, las expectativas resultan poco alentadoras. Acerca del fenómeno El Niño Oscilación Sur (ENSO), la ORA en su último reporte de pronósticos probabilísticos describe un 50% de probabilidades de La Niña y un 44% de fase neutral para el período septiembre, octubre y noviembre. Esto significa el anuncio de un trimestre caracterizado por lluvias por debajo de lo normal y temperaturas que superan a la normal para el período considerado.
Fuente: Servicio Meteorológico Nacional
Considerando la severidad del déficit hídrico que acarrea el agro de la estación seca invernal, estas perspectivas ponen en riesgo etapas clave del trigo, como el macollaje y espigazón, en regiones afectadas por la sequía. Aunque hay zonas del sur de Buenos Aires que se mantienen con expectativas de buenos rendimientos, los próximos 30 días podrían ser cruciales para evitar pérdidas mayores en las áreas más golpeadas. Las temperaturas también se mantendrán más cálidas de lo normal, complicando aún más la situación de los cultivos.
Por lo tanto, el clima podría limitar seriamente las perspectivas de una buena cosecha de trigo, especialmente si las lluvias no se materializan pronto; y más aún podrían repercutir en las siembras de maíz que ya empezó semanas atrás y alcanza algo más de un 7% de avance nacional.
Las lluvias serán cruciales para abastecer los requerimientos del trigo en macollaje y espigazón.
El clima en las regiones agrícolas de Argentina atraviesa una situación crítica, particularmente para el trigo, debido a la falta de lluvias y las altas temperaturas que agravan el déficit hídrico.
Las zonas más afectadas incluyen el oeste de Buenos Aires, La Pampa, Córdoba y el centro-norte de Santa Fe. Estos cultivos están en un estado vulnerable, ya que se encuentran en fases cruciales como el macollaje y espigazón. Si no se registran precipitaciones significativas antes de la primera quincena de octubre, los rendimientos del trigo podrían verse reducidos hasta en un 50%. Esta situación no solo pone en riesgo la producción de trigo, sino que también ha frenado la siembra de maíz y afectado gravemente la ganadería, dado que la falta de humedad impide el crecimiento de pasturas y pastizales naturales necesarios para la alimentación del ganado.
Los productores están en alerta y dependen de las lluvias de los próximos días para salvar sus cultivos y mitigar el impacto en la producción ganadera. En este sentido, SIMA acerca al productor y a las empresas agropecuarias, herramientas a la medida para el seguimiento de los lotes, y más aún en situaciones de contingencia como la actual. A través de su plataforma se puede acceder a los Mapas de Crecimiento Vegetativo con los cuales es posible identificar áreas problemáticas dentro de un campo, generar ambientes diferenciados y tomar decisiones con mayor precisión. Mediante el uso de waypoints y utilizando imágenes NDVI (Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada) se logra dar valor agregado al negocio al optimizar el uso de recursos y mejorar el rendimiento de los cultivos.
Asimismo, como parte del control de los lotes, en la sección de Registros Pluviométricos es posible registrar todas las precipitaciones lote a lote o en los diferentes establecimientos agropecuarios para tener un monitoreo preciso y detallado de las condiciones hídricas de los campos, y en función de ello gestionar las labores eficientemente y tomar decisiones basadas en información precisa y en tiempo real.
Predominan las reservas de humedad escasas en todo el país y solo en el este y sur bonaerense son óptimas.
Los mapas de reservas hídricas del suelo correspondientes al relevamiento semanal la ORA son lo suficientemente claros a la hora de visualizar las regiones más afectadas. En estos mapas la estimación de contenido de agua en el primer metro de suelo -considerando una cobertura de TRIGO de siembra temprana- es alarmante para toda la región núcleo, centro y norte del país debido a la falta de lluvias significativas.
El déficit hídrico afecta gravemente a Santa Fe, que experimenta escasez de agua en todo su territorio, y se extiende hacia el oeste de la provincia de Buenos Aires. En Entre Ríos, sólo el noreste de la provincia se encuentra en mejores condiciones, mientras que el resto presenta un panorama de reservas limitadas o sequía.
A pesar de esta situación crítica, la región triguera por excelencia del sur bonaerense está en condiciones óptimas, habiéndose beneficiado de las lluvias recientes y mostrando grandes mejoras en los perfiles. Sin embargo, provincias como Santiago del Estero, Córdoba y La Pampa siguen en condiciones críticas, con varias semanas consecutivas de precipitaciones insuficientes que impactan tanto a los cultivos como a las pasturas.
Es crucial seguir monitoreando la evolución de esta situación para tomar medidas preventivas en las áreas más afectadas y para planificar estratégicamente las decisiones de siembra de la campaña gruesa de verano.