Testimonial: cultivo de CAMELINA, el motor de los biocombustibles

De la mano de dos destacadas empresas, nos adentramos al cultivo de Camelina y su fuerte demanda para la industria del biocombustible. 

El cultivo de camelina (Camelina sativa) se ha convertido en una alternativa emergente capturando interés en los últimos años por su adaptabilidad a condiciones ambientales desfavorables y su potencial en la producción de aceites y biocombustibles.

Para conocer más acerca de la versatilidad de este cultivo, sus ventajas y el mercado que ofrece, conversamos con Martin Beaudeant – Gerente de producción en Chacras Servicios – y Matías Asinari – Gerente de producción y desarrollo en Camelina Company – quienes además de ser pioneros en el desarrollo de camelina, han sabido adoptar SIMA en sus operaciones. 

Ciclo corto, adaptabilidad y resistencia: los destacados de la Camelina

La camelina se destaca por su ciclo corto de 90-120 días, que permite integrarla fácilmente en rotaciones agrícolas sin afectar los cultivos principales. Su adaptabilidad a suelos pobres, climas semiáridos y su bajo requerimiento de insumos como agua y fertilizantes, la hace ideal para lotes marginales y sistemas productivos sostenibles. Además, su resistencia natural a plagas y enfermedades minimiza riesgos y costos de producción.

En Argentina, su ventana de siembra (mayo-julio) coincide con el inicio de la estación fría, permitiendo cosechar entre noviembre y diciembre, liberando el lote para cultivos estivales como maíz, soja o girasol. En Brasil, se siembra en los mismos meses y se cosecha entre agosto y octubre, dejando el terreno disponible para cultivos de verano.

Foto: Granos de Camelina Sativa para cosecha

Doble propósito: de servicio y de renta

A diferencia del barbecho químico, la camelina aporta beneficios como cultivo de servicio, mejorando la salud del suelo y previniendo su degradación, mientras genera una renta al cosechar productos valiosos como aceite rico en omega-3 para las industrias alimenticia y farmacéutica, o materia prima para biocombustibles. Su capacidad de liberar temprano los lotes y sus bajos insumos la hacen ideal para sistemas intensivos y diversificados, optimizando la sostenibilidad, biodiversidad y rentabilidad. Por ello, es una opción clave para optimizar tanto la salud del suelo como la economía de los productores, fortaleciendo la resiliencia del agroecosistema.

El modelo de camelina tiene un enorme potencial en el mundo y sus virtudes la convierten en una herramienta clave para optimizar tanto la salud del suelo como la economía del productor.

Foto: Cosecha de camelina

El camino de emprender: la experiencia de Chacras Servicios

En este nuevo andar sobre un cultivo desconocido, ponderar el aprendizaje y la dedicación es determinante para mejorar la producción año tras año

Para ello, ambas empresas optan por metodologías diferentes pero con un propósito claro que es la diversificación de los sistemas productivos y la producción de aceites para la comercialización. 

“En Chacras Servicios hemos logrado un alcance a más de 450 productores involucrados, abarcando más de 500 lotes, con superficies que van desde 15 hectáreas hasta 2000, llegando a cada uno de ellos con la misma calidad de servicio haciendo foco en en lograr la mejor experiencia del productor con el cultivo y la empresa”, explica el  Gerente de Producción.

El proyecto de Chacras Servicios se basa en la cercanía con el productor durante todo el ciclo del cultivo, aportando la experiencia agronómica bajo un sistema integrado de producción, seguimiento técnico y certificación donde los puntos claves consisten en el modelo de contrato, el seguimiento técnico, las certificaciones y sustentabilidad, la colaboración industrial, y por último la comercialización y precio. “Entregamos las semillas en un canje 2×1; se realiza certificación inicial para verificar la aptitud del lote y se firma un contrato que incluye precio, lugar y condiciones de entrega, siendo la compra del  100% de lo producido y pactando la entrega en plantas específicas”. 

Foto: Chacras Servicios en monitoreo a campo

Chacras Servicios realiza un seguimiento técnico constante donde se supervisa desde la siembra hasta la cosecha, con visitas mensuales al lote, que incluyen la asistencia técnica en la regulación de maquinaria y manejo del cultivo. Asimismo, se contempla la certificación completa del proceso, garantizando trazabilidad desde la semilla hasta el aceite lo que permite acceder a normas EPA y 2BSVS, que priorizan «deforestación cero». 

«El modelo de negocio se basa en certificar los lotes aptos para garantizar un cultivo con emisiones menores al 50%, produciendo aceite para biocombustibles certificados según normas globales”, destaca Martin. Desde 2023, Chacraservicios fue adquirida mediante un joint venture entre Bunge y Chevron, y de esta manera los tres partners operan en distintas etapas del proceso: Bunge realiza el crushing en Argentina y comercializa las harinas en mercados locales y europeos, mientras Chevron refina el aceite para producir biocombustibles destinados a la industria aeronáutica. “La motivación de los productores hacen al éxito del proyecto, priorizando el acompañamiento técnico y comercial, con contratos cerrados que aseguran la compra de toda la producción, dejando la única incertidumbre al factor climático.»

Hacer escuela juntos: el testimonio de Camelina Company

Innovar en la producción de camelina implica enfrentar el desafío de educar al productor y establecer un nuevo estándar en los cultivos de renta; para ello, “es importante hacer escuela de la mano de los productores” menciona Matías acerca del entusiasmo que tienen en atraer a los productores para iniciarse en la siembra de camelina.

Aunque actualmente la camelina es un cultivo emergente, se proyecta que en el futuro se consolidará como una opción convencional dentro de las rotaciones agrícolas.

El modelo empresarial de la compañía sienta sus bases en tres ejes definidos: la producción y el contrato; el procesamiento; y la fijación de precios y destino final. “El ciclo comienza con un contrato cerrado bajo el cual el productor siembra y cosecha, siendo Dreyfus el intermediario para la compra del 100% de la producción y luego esos granos continúan a la etapa de procesamiento”. El crushing se realiza en Argentina para obtener harina y aceite; por un lado, el aceite se destina a biocombustibles, refinándose en Bakersfield, California; y la harina se comercializa principalmente en mercados europeos, cumpliendo con requisitos y normas específicas. Lo destacable de todo el proceso es que la semilla se entregó sin costo al productor en la campaña 2024, lo cual representó una motivación extra para diversificar la producción con un cultivo nuevo y un diferencial en los márgenes. 

Finalmente, toda la producción de aceite se destina a la industria aeronáutica.

Este modelo desarrollado por Camelina Company asegura mercados definidos desde el inicio, incentivos claros para el productor y alineación con normas de sustentabilidad y biocombustibles.

Foto: el equipo de Camelina Company

“La clave del éxito radica en la creciente demanda mundial de biocombustibles, que presenta oportunidades prácticamente ilimitadas”, destaca el líder de la Gerencia de Desarrollo y Producción. Esta demanda global brinda un horizonte amplio para la expansión de su producción y comercialización.

Sin embargo, un aspecto fundamental para garantizar su competitividad a largo plazo será la innovación en genética. El desarrollo de variedades más eficientes, adaptadas a diversas condiciones climáticas y con mayor rendimiento, será determinante para consolidar la camelina como un cultivo rentable y sostenible en el mercado global.

SIMA es el partner estratégico para la producción de CAMELINA

La integración de SIMA en el cultivo de camelina moderniza la producción agrícola, ofreciendo trazabilidad completa, optimización de auditorías y toma de decisiones precisas basadas en datos en tiempo real. Esto posiciona a la camelina como un cultivo innovador frente a otros no commodities, promoviendo una agricultura inteligente y sostenible.

“Hoy en día tener todo digitalizado nos permite tomar decisiones mucho más precisas (…) la nueva agricultura se mueve hacia ese lugar, y en eso Camelina se pone a la vanguardia frente a otros cultivos no commodities”, sintetiza Martín, reforzando el cambio que produjo en sus actividades la inclusión de SIMA.

SIMA facilita la gestión del cultivo al digitalizar procesos, generar alertas, y permitir un flujo ágil de información entre campo y gabinete. Esto fortalece la relación con los productores al brindar respuestas rápidas y confianza en la producción.

“SIMA nos simplificó mucho ese ida y vuelta de campo a gabinete (…) nos permitió tomar decisiones rápidas en la siembra y cosecha, armar alertas que podemos comunicar al productor, compartir nuestras visitas a través de los registros con SIMA, y gestionar el cultivo con más herramientas de análisis”, remarca Matías. “El productor necesita que estemos presentes, que podamos compartirles desde el campo un pdf o el resultado de un monitoreo, y transmitirle tranquilidad o alertar alguna adversidad. Ese fue uno de los puntos más interesantes de aplicar SIMA a nuestro ejercicio. Estar ahí y compartir esa info rápidamente”.

Argentina lidera la producción mundial con 50,000 hectáreas y potencial de expansión en tierras ociosas. Además, la camelina combina rentabilidad, manejo sostenible del suelo y cumplimiento de estándares internacionales como la cero deforestación.

El futuro de la camelina en Sudamérica es prometedor, especialmente con políticas públicas, apoyo técnico y mercados enfocados en sistemas agrícolas diversificados y sostenibles.