La pandemia aceleró lo que muchas empresas ya sabían, pero seguían posponiendo: es necesario actualizarse a las tecnologías emergentes ya no para destacarse frente a la competencia, sino para seguir existiendo.
Transformar digitalmente una empresa se trata de aggiornarse, pero no tecnológicamente, sino desde lo cultural. ¿O hasta hace unas semanas no existían Zoom, Jitsi, Meet, por tan sólo nombrar algunas opciones que hoy ocupan (a veces de sobremanera) nuestros días en las nuevas oficinas? ¿Qué pasó con la tecnología de hace 3 meses a hoy para que de repente todos acepten la presentación de resultados de la empresa en formato streaming? ¿Cuál es el gran cambio desde las opciones de conectividad que permitieron que de un día al otro la educación a distancia, o la asistencia a seminarios web sean no sólo bien vistas, sino fundamentales? La respuesta a todas estas preguntas sigue siendo la misma: no es la tecnología, es la cultura.
Entender la necesidad de adoptar alguna tecnología es un tema cultural, y no todas las empresas están capacitadas para reinventarse en tanto su negocio siga funcionando. Pareciera ser que el principal enemigo de todo establecimiento es su éxito pasado.
Hay una manera de solucionar empresas cubiertas de polvo: sacudiéndolas. Una pandemia insólita, para la que no estábamos preparados, vino a patear el tablero sobre todo lo establecido, asegurándonos que el futuro que imaginábamos, se aceleró, e incluso cambió de forma. Realizar home office ya no es un beneficio exclusivo de startups arriesgadas, de repente todos podemos trabajar por objetivos y los horarios pasan a ser un sinsentido en la cuarentena (a veces, demasiado).
The Economist, recientemente publicó que una de las consecuencias más obvias de la nueva realidad en la que nos conducirá el COVID será la incrementación de servicios habilitados por datos en cada vez más aspectos de la vida. Y es obvio, y es natural. Pero nuevamente, sabíamos hace ya tiempo que el dato era el nuevo petróleo, y que basarse en datos y no en puras corazonadas no era sólo recomendable sino una forma de evitar el suicidio de una empresa. Pero pensábamos que teníamos más tiempo, trabajando como veníamos trabajando.
Necesitamos volver a aprender. Ninguno de nosotros sabe nada, y es la mayor enseñanza que nos puede regalar el coronavirus. Tendremos que vivir del aprendizaje constante, escaparle a la familiaridad y la rutina manejada en autopiloto tal como la conocíamos hasta hace unas semanas. Tenemos dentro de cada uno de nosotros un potencial enorme para romper la zona de confort colectiva en la que estábamos inmersos.
El lugar del Agro en la Transformación Digital
La agricultura, tiene que ser digital, colaborativa y simple. Digitalización de recursos, imágenes satelitales para poder realizar seguimiento a distancia, aplicación de inteligencia artificial e Internet de las Cosas, son algunas de las tecnologías que ya están disponibles para nosotros.
Por su parte, la agricultura colaborativa, permitirá generar alertas zonales frente a alguna plaga o enfermedad que se desprenda en la zona, así como la posibilidad de mostrarnos cuál es el rinde promedio en la zona, para comparar nuestros propios rendimientos frente a la media, todo a partir de una digitalización de los cultivos.
La digitalización, el primer paso
SIMA registra datos a campo, que se sincronizan automáticamente generando reportes para compartir vía mail o whatsapp. Al mismo tiempo, esos datos se cargan en una plataforma web que realiza el seguimiento, de cada lote y establecimiento, permitiendo tener un mayor control, no sólo sobre los mismos, sino sobre la utilización de insumos que se aplican en cada campo, que a veces alcanzan números demasiado altos visto desde una perspectiva económica.
Tener los cultivos digitalizados, permite realizar ambientaciones en cada lote, para descubrir los diversos niveles de salud, para poder trabajar con mayor énfasis sobre aquellos sectores que estén mostrando algún valor negativo.
Tengo mis datos cargados, ¿cómo sigo?
La digitalización de los cultivos, permite realizar seguimientos a las métricas que desprendan cada uno de los mismos: Malezas, plagas, enfermedades a lo largo del tiempo. Evolución del uso de los insumos, análisis de fechas de siembra por variedad/híbrido, estimaciones de rinde, comparación interanual de las mismas, así como los rendimientos estimados y reales, entre la infinidad de métricas que podamos imaginar.
SIMA Analytics, es un servicio extra con el que SIMA brinda a sus clientes una herramienta de generación de conocimiento a partir de los datos provenientes de la app, y que permite dar soporte a la toma de decisiones basándose en datos reales, a partir de informes / tableros de control totalmente interactivos y accesibles desde la misma aplicación web de SIMA.
Un servicio que contiene el análisis de un equipo de Data Science a medida de cada empresa, permitiendo adaptar los indicadores necesarios para agregarle real valor a los datos obtenidos.
Es momento de agregarle mayor valor a lo que hacemos. Si estás cómodo, no estás pensando en tu futuro. Las tecnologías ya existen. Están ahí, esperándote. Es momento de que la cultura empresarial se adapte a ellas.